¿Por qué organizar bodas en invierno?

Casarse es, desde luego, el evento más importante en la vida de casi todos y, posiblemente, la celebración más importante que podemos organizar. ¿Has pensado alguna vez las múltiples ventajas que te ofrecen las bodas en invierno?

Casarse en invierno es mucho más atractivo e interesante de lo que imaginas. Quizás pienses que no es para ti porque, a priori, la climatología es más incierta. Pero ¿cuántas tormentas de verano han arruinado un enlace nupcial? ¿Cuántas veces la lluvia o el viento primaveral han resultado molestísimos en un evento así? Actualmente, la climatología es muy incierta durante todo el año. Pero si te casas en invierno vas a beneficiarte muchísimo.

Por qué casarse en invierno

Te contamos cuáles son las principales ventajas de organizar tu boda en esta época del año. ¡Son muchas más de las que te imaginas!

1. Disponibilidad. Tal vez el verano o la primavera te parezcan las mejores fechas pero, precisamente estas, las mejores fechas, están ocupadas salvo que te organices con muchísima antelación. ¿Qué prefieres: los días segundones de verano o los mejores días de invierno? Podrás escoger el escenario de tus sueños, porque seguramente estará libre.

2. Originalidad. Todo es distinto en estas fechas. La temperatura, la decoración, los estilismos, los ambientes, los espacios exteriores, los paisajes, los reportajes fotográficos… Si siempre te has sentido diferente y presumes de ello, ¿por qué vas a casarte como todos?

3. Economía. ¿Has viajado alguna vez a destinos paradisíacos en temporada baja? ¡Sale muy barato! Piénsalo bien, no solo te ahorrarás (mucho) dinero en el viaje de novios, también los restaurantes, los fotógrafos, las wedding planners y todos los servicios asociados a tu boda estarán en temporada baja, luego serán mucho más económicos.

4. Estilismo femenino. Lo hemos mencionado antes en un segundo plano, pero este aspecto se merece un apartado propio. Los complementos, ornamentos y estilos de moda nupcial femenina para invierno son espectaculares. Piensa en la sofisticación de una rebeca blanca de plumas, en las capas, los conjuntos de manga larga o, si quieres destacar definitivamente, en esa chaqueta roquera que puedes lucir sobre tu vestido.

5. Menos saturación. Tus invitados te lo agradecerán, sobre todo tus amigos. Por lo general, las bodas se van sucediendo consecutivamente en las mismas fechas de verano y primavera. ¡Los tenemos saturados!

6. Creatividad. Es posible innovar en muchos aspectos, empezando por la decoración floral, con especies bellísimas características de esta época. Si te fascinan las bodas temáticas, fíjate bien: la nieve o la Navidad te ofrecen espléndidas posibilidades imaginativas. ¿Y qué te parece acabar la velada con un buen chocolate con churros para todos?

Como has visto, las bodas en invierno son tan atractivas como en el resto del año. Y, desde luego, mucho más baratas y sorprendentes.

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